El Dr. Eduardo Mancera Martínez Falleció el 31 de octubre de 2024.
Eduardo obtuvo una Licenciatura en Física y Matemáticas por la Escuela Superior de Física y Matemáticas del Instituto Politécnico Nacional. Maestría y Doctorado en Ciencias por el Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional. Fue becario por la Fundación Japón.
Fue asesor, profesor o investigador o funcionario público en diferentes ámbitos del sector educativo, como Educación Básica, Educación Tecnológica, Educación Superior, Educación para los Adultos, Educación en Comunidades Rurales, Educación Especial, Formación inicial servicio de Maestros, Formación de Maestros en Servicio, Educación vía recursos tecnológicos y Comunicación e Innovación Educativa.
Participó en múltiples reuniones académicas como ponente invitado en la República Mexicana, Estados Unidos de Norteamérica, Brasil, Portugal, España, Guatemala, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, República Dominicana, Puerto Rico, Haití, Colombia, Venezuela, Perú, Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay.
Publicó ensayos o artículos sobre la enseñanza de las matemáticas, así como libros de texto para diferentes niveles educativos y la formación de maestros de matemáticas.
Miembro fundador de la Revista Educación Matemática e integrante de Comité editorial de varias revistas especializadas en educación matemática.
Fue miembro de diversas organizaciones como el Consejo Mexicano de la Investigación Educativa (colaboró en los estados del conocimiento de la educación matemática), Sociedad Matemática Mexicana (participó en comités de olimpiadas matemáticas), Asociación Nacional de Profesores de Matemáticas (fue Presidente), Maestros Enseñando con Tecnología Avanzada (fue fundador y Presidente), Colegio de Profesores de Educación Secundaria, y Asociación Mexicana de Matemática Educativa (es Gestor de relaciones internacionales) y Comité Interamericano de Educación Matemática (como Vicepresidente, y finalmente como Presidente desde enero de 2024).
La pérdida de Eduardo además de ser sensible para la comunidad académica en México y en las Américas, lo ha sido para quienes fuimos sus amigos durante muchísimos años, como es el caso de Patrick Scott y yo. Le llamábamos entre nosotros “el Cardenal” pues hace años pensé en broma que tenía un apellido que sonaba cardenalicio. Se nos fue nuestro Cardenal Mancera.
En mi caso, más que un compañero y amigo, Eduardo fue como un hermano de vida.
Hasta siempre Lalo.