Al dirigir nuestra mirada intelectual hacia los problemas y retos de la Educación Matemática, posee importancia especial el territorio filosófico para interpretar las raíces más importantes de toda esta situación. La filosofía de las matemáticas, resaltamos, aunque ha estado relegada a un plano secundario (a veces con justa razón), se convierte en un recurso valioso a la hora de encontrar soluciones a los problemas en esta profesión y a la hora de determinar las estrategias educativas que tenemos que abordar. No es extraño entonces que se haya dado una amplia elaboración en torno a los fundamentos teóricos de la Educación Matemática. Diferentes escuelas epistemológicas y didácticas se han desarrollado. La reflexión y discusión, tanto en la epistemología como en la ontología, cubrirán una buena parte de las elaboraciones teóricas en torno a esta nueva disciplina científica y práctica profesional.
En el nuevo espacio profesional y la nueva disciplina científica que supone la Educación Matemática práctica se fortalecen o amplían ciertas estrategias o aproximaciones: la resolución de problemas, la modelación matemática, la etnomatemática y, en todos los casos, la construcción de la nueva disciplina profesional. La participación de los profesores en servicio en la definición de acciones, programas, capacitaciones e investigaciones, finalmente, es cada vez mayor y más decisiva.
En todas las orientaciones dentro de la Educación Matemática internacionalmente hay un énfasis en la investigación. Se invoca la conciencia de que la investigación no solo debe nutrir una profesión relativamente nueva, sustentar un espacio académico o científico, sino que es un componente vital para la práctica educativa ordinaria; no progresar en investigación es comprometer negativamente el éxito en los resultados de la formación matemática de un país. El fuerte desarrollo de la investigación que se ha dado ya ha generado nuevos conceptos y métodos y la creación de importantes grupos internacionales.
Debe reconocerse que la Educación Matemática no constituye hoy una comunidad intelectual y profesional homogénea sino, más bien, un conjunto de escuelas de pensamiento con propuestas diversas que a veces compiten entre ellas. Se trata de una etapa de amplia ebullición profesional y científica en la que se busca establecer las definiciones y las perspectivas. Integrar todos los componentes en un marco teórico y práctico que sustente la profesión de la Educación Matemática y que nutra la disciplina en términos científicos y académicos, es una gran tarea compleja que se está realizando en varias latitudes, y los resultados de estos esfuerzos serán muy relevantes para beneficio del aprendizaje de las matemáticas y el logro de nuevos niveles de satisfacción con ella en todo el planeta.
Y subrayemos de nuevo la Filosofía. Como en todo campo cognoscitivo nuevo, todo está en transición, sin posiciones o ideas definitivas o acabadas. No hay espacio para actitudes infalibles o absolutistas: es el espacio para la creatividad, el escepticismo sano, la crítica y la imaginación racional. En la construcción de las nuevas avenidas de la Educación Matemática, una filosofía libre y crítica es necesaria. Especialmente en un momento histórico con grandes avenidas de incertidumbre.