El Comité Interamericano de Educación Matemática (CIAEM) con mucha tristeza informa el fallecimiento de Ubiratan D’Ambrosio (Ubi) el 12 de mayo del 2021. Este insigne intelectual brasileiro nacido en 1932 abrió múltiples universos académicos en la Educación Matemática, en la Historia de las Ciencias y la Tecnología (especialmente de las Matemáticas) y en los estudios y acciones por la Paz y el Progreso de los pueblos.
Su perspectiva estratégica y su compromiso vital con nuestra especie lo convierten en uno de los más importantes humanistas de nuestra época. Aunque sus contribuciones trascienden las fronteras de su natal Brasil y de las Américas pues fue un auténtico ciudadano del mundo, se asumió siempre como un poderoso combatiente por el desarrollo de América Latina, de sus naciones, de sus pueblos y de sus culturas.
Ubi fue presidente de nuestro CIAEM entre 1979 y 1987 y lideró una segunda etapa en la historia del CIAEM y sus conferencias. También fue vicepresidente de la International Commission on Mathematical Instruction (ICMI) entre 1979 y 1983. Le fue entregada la Medalla Félix Klein del ICMI en 2005 por sus logros en la investigación.
Su nombre se asocia a la Etnomatemática, un campo de investigación y práctica que tuvo su lanzamiento internacional en su conferencia plenaria “Bases Socioculturales para Educación Matemática” en el International Congress on Mathematical Education 5 (Adelaida, 1984).
Son muchos los logros académicos de Ubi, pero nos quedaríamos muy cortos si nos limitáramos solo a ellos, se debe subrayar su extraordinaria personalidad: cargada de una gran capacidad de enseñanza y sobre todo un aura para inspirar y liderar a las diversas generaciones. Irradiaba fraternidad y amistad.
Para los que hemos seguido en nuevas etapas históricas del CIAEM debemos reconocer que lo hicimos siempre sobre los hombros de un gigante: Ubi D’Ambrosio. Más allá de tener con él una valiosísima relación científica, muchos de los que constituimos el actual Comité Ejecutivo del CIAEM fuimos sus amigos. Y hoy extrañamos, y extrañaremos, al compañero y amigo con el que compartimos tantos ratos y experiencias de vida siempre enriquecedoras.
Un abrazo fraternal a su esposa e hijo, al resto de sus familiares, y también a los innumerables amigos y amigas que siempre lo acompañaron.
Paz a sus restos.